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El menos mentiroso

26 de mayo de 2014 · Actuaciones en foco - Teatroenrosario · por Claudio Perrin

"...Cada guión que he escrito fue inspirado en los actores. No puedo pensar una historia si no imagino primero el actor que la encarne. Por eso no creo en los “castings”, no me gustan. Simplemente porque no creo que un actor pueda mostrar su potencial a través de una prueba de cámara. Entonces prefiero ir a verlos actuar en el teatro o en el cine. Porque es ahí, en el terreno de la escena, donde el actor se hace presente. Si algo aprendí en los años de realizador de cine, es que por más buenos que sean el guion, la fotografía, el sonido o el montaje…La película si está mal actuada, termina siendo una decepción tanto para el espectador como para él realizador. Entonces también aprendí que al actor que convocamos para una película hay que cuidarlo. Porque él es el artífice de que la película a proyectar en la pantalla sea posible de creer. Los actores son el primer contacto que tenemos con la trama propuesta. Y la calidad de interpretación de los personajes que aborden, mucho depende de su talento, y también del director. Un actor es un universo único de posibilidades. Por eso como director debo ser inteligente para descubrir lo que cada actor puede ofrecerme. Descubrir lo que el actor necesita para actuar es fundamental para mí, porque si no lo logro, la película se desintegra, termina siendo una película con deficiencias, que nos corre a un lado del camino, nos despoja de esa especie de hipnosis en la que caemos cuando una historia nos atrapa. El trabajo previo con los actores es fundamental, porque lo escrito en un papel solamente atravesado por ellos, se hace tangible, real. Siempre los actores reconstruyen el guión, si es que de verdad los dejamos actuar. Para que el actor encuentre el estado de actuación que debe sostener en la película, hay un solo camino: saber escucharlos. Y no me refiero sólo a las demandas racionales que ellos puedan tener, las preguntas previas sobre el personaje que deben actuar. Para eso suelo conversar con ellos sobre el guión, qué quiere el personaje, qué desea, qué lo motiva, cuáles son sus reacciones ante las circunstancias que el guión le plantea. Buscamos situaciones análogas en su vida personal y desde allí construimos. Me refiero a que debemos entrenar nosotros los directores, el ojo y el corazón para descubrir que es lo que pasa en el cuerpo del actor cuando actúa. Sólo así podemos de verdad dirigir y no convertirnos en una limitación para el trabajo del actor..."

El menos mentiroso

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